Un tipo de éxito

Anónimo dijo...
penoso y resentido comentario el de "como los jesuitas crearon un liberal". estupida relacion en todo sentido. como si fuera importante haber estudiado historia en su momento para ser un hombre de exito y con pensamientos propios. como si hubiera que ser gran orador y hablar sin sentido para ser un triunfador. sino te gusta reutemann busca argumentos mas satifactorios para defenestrarlo. no lo hagas desde el odio o el resentimiento.

12 de octubre de 2009 11:53

Esta mañana, un usuario de Gigared S.A., domiciliado en la ciudad de Santa Fe, identificado con el IP 190.7.35.49, me envió el mensaje que copio en la entrada de ésta página. En general, como política del blog, no damos espacio a comentarios de usuarios anónimos, ya que así como nosotros nos identificamos, esperamos una reciprocidad de los lectores que deseen enriquecer nuestras pobres opiniones con sus acertadas observaciones. Como está visto, a veces, hacemos excepciones. Por ejemplo, la de hoy, y además perdemos parte de nuestra siesta para redactar las presentes líneas,tal como corresponde a un bloger penoso, estúpido, resentido y odioso que, tal como mis tías siempre sospecharon, jamás de los jamases llegará a ser un "hombre de éxito". Que macana.

Es posible ché, santafesino/a sensible, es posible - digo - que sea yo merecedor de tales adjetivaciones, y aún de otras peores. No lo negaré, que le vamos a hacer, cada uno carga sobre el lomo la historia de su vida de la forma que puede y así lo expresa. Preferentemente con mayúsculas después de cada punto, una pequeña convención formal que posiblemente tus maestras del colegio de las Adoratrices te hayan enseñado. Porque tengo la impresión que le escribo a una santafesina, de unos cincuenta años, con un pasaporte cargado de sellos y muchas horas fumando en Las Delicias. Asuntos menores, que no se empardan al curriculum de un "hombre de éxito, con pensamientos propios". Uau. Que bien suena eso de pensamientos propios. Me imagino que el corredor de brahbam debe estar preparando un fabuloso compendio, un "corpus reutemanae", que habrá de modificar nuestra interpretación de la política, la vida, la mecánica, la sociedad rural, la hidráulica, armstrong y el efecto suelo. Por lo visto, no incluirá capítulos dedicados a la historia y a la oratoria, dos asuntos sin importancia para quienes se dedican a la política.

Si vos preferís quemar incienso en el altar del Lol, allá vos, quedate con su imagen de tipo poderoso, con su campera roja, con su moto sobre los terraplenes, con su charm monegasco, con sus ojos azules y fríos, con sus pomelos rosados, con sus "no, no, no", con sus "he visto cosas que no me gustaron", con sus eternos segundos puestos, con sus frustraciones, con las palomas cagando en la casa de gobierno, con su ministro mercier, con sus enojos. Quedate, en fin, con sus "éxitos".

Ese curioso tipo de éxito que no le permite caminar por la veredas de tu ciudad.