Imágenes del cumpleaños de papá
Si, si, ya sé. El ministro más joven y los treinta y tres orientales y esos cumpleaños de papá donde nos juntamos todos y jugamos al tute y, sobre todo, al truco que es el deporte preferido de papá, gran cabeceador y señalero. Nunca faltan los que llegan como por obligación, con ganas de saludar e irse para no encontrarse con ese otro y que terminan reculando porque viste cómo es el viejo que empieza a contarte sus historias de juventud mientras te agarra así con fuerza del brazo y te lleva adonde quiere y te planta un vaso en la mano y lo llena con lo que él quiere sin preguntarte mientras te sigue hablando del calor en Paraguay, de Panamá y sus bailarinas, de la resistencia, de puerta de hierro, de los caniches, y te sirve más y cuando te diste cuenta te hizo sentar exactamente al lado del tipo que no bancás y vos sabés que es todo una mentira pero te quedás porque es papá.
Y entonces decidís relajarte y disfrutar del día mientras papá sigue hablando de Mendoza, de Chile, del Vaticano, del balcón con Raúl, del vuelo dónde decidió que no iba a poder, del primer mandato, del segundo mandato, del tercer mandato, del cuarto mandato, de la fundación, de los jóvenes, insiste, mientras la copa vuelve a llenarse y se vacían las bandejas con los mejores bocaditos de San Isidro, que es casi lo mismo que decir que son los mejores bocaditos del mundo, perfectísimamente suaves y equilibrados como el día de hoy, como la vida de papá, tan esforzada, tan sacrificada, tan dura que bien merece que todos estemos a su alrededor, lánguidos y tan satisfechos que hasta serias capáz de brindar a la salud de ese a quién no querías ver.
Nunca sabés si es el efecto de lo que tomaste o tal vez sea la magia de esos bocaditos o el ambiente que logra papá pero todos ríen y parecen estar verdaderamente felices mientras cuenta sus historias una y otra vez, intentando ponerse de pié como en un discurso, como si fuésemos multitud y él fuese nuestro líder, que nos educa, nos nutre, nos protege y nos dice lo que debemos hacer.
Suena de nuevo el blackberry, maldita sea, tengo que irme papá, que termines bien tu día papá, felíz cumpleaños papá.
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