Desayuno
Corrés la cortina de la cocina para que entre luz y mientras se calienta el agua cortás unas rodajas de pan francés que ordenarás en el fondo de la olla grande. Cuando el agua se junte con el saquito de té y empiece a tomar ese color que siempre te ha gustado y el aroma a pan tostado empiece a desbordar los límites de la cocina, te sentás sobre la mesada del lavarropas y abrís ese libro de Salzano. Y entonces, mientras afuera sopla el viento, vos desayunás té negro con pan tostado y lágrimas.
1 se arrimaron al fogón:
Muy bueno.
Lastima que el enlase de Zalsano no funcione y me quede con las ganas de saber que cosas te hacen llorar... a menos que fuera el pan quemado...
saludos che, y guarda con la melancolia del domingo a las diez am!
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