"No debemos olvidar en ningún momento –cualesquiera sean las diferencias de apreciación– que las opciones que nos ofrece la vida política argentina son limitadas. No se trata de optar entre el general Perón y el arcángel San Miguel. Se trata de optar entre el general Perón y Federico Pinedo. Todo lo que socava a Perón, fortalece a Pinedo, en cuanto él simboliza un régimen político y económico de oprobio y un modo de pensar ajeno y opuesto al pensamiento del país”. Raul Scalabrini Ortiz

jueves, 4 de junio de 2009

LA TRISTE HISTORIA DE PÁNFILO DE NARVAEZ



Esta es la triste historia de Pánfilo de Narvaez, quien quiso meterse contra Hernán Cortés, pero al igual que otros pánfilos mas modernos no supo ganar suficientes lealtades y terminó mal, muy mal. Leed.

"Al llegar Cortés a tierras mexicanas, fundó un nuevo ayuntamiento en Veracruz. Con ello obtenía independencia de las órdenes de Diego Velázquez, Gobernador de Cuba, y ahora dependía directamente de la Corona Española. Velázquez, enfurecido con Cortés por eludir su autoridad, y por recibir las noticias de las riquezas del reino que estaba por conquistar, de inmediato organizó una nueva armada con el objetivo de aprehender a Cortés y a sus capitanes. Esta expedición fue confiada a Pánfilo de Narváez.

La expedición de Narváez tocó tierras mexicanas a principios de mayo de 1520, y Moctezuma fue informado de inmediato por sus mensajeros, el que a su vez informó a Cortés del hecho.

"Vinieron otros indios asimismo vasallos del dicho Moctezuma, de los cuales supe que los dichos navíos estaban ya surtos en el dicho puerto de San Juan, y la gente desembarcada, y traían por copia que había ochenta caballos y ochocientos hombres y diez o doce tiros de fuego, lo cual todo lo tenía figurado en un papel de la tierra para lo mostrar al dicho Muteczuma" (Hernán Cortés. Segunda Carta de Relación. 30 de octubre de 1520).

Al enterarse Cortés de la armada recién llegada, de inmediato despachó a Fray Bartolomé de Olmedo con cartas para esta nueva armada. A los cinco días de partido este emisario, llegaron a su vez dos religiosos escoltados por 20 hombres de Cortés que venían en calidad de emisarios de Narváez. Con ello, Cortés se enteró que los recién llegados venían con órdenes de Velázquez para aprehenderlo y llevarlo a Cuba.

Entonces comenzó una serie de intercambios de mensajeros con ofertas, negociaciones e incluso insultos y amenazas entre Narváez y Cortés. Sin embargo al enterarse éste último que la gente de Veracruz, entre ellos el cacique Gordo de Cempoala ,se habían aliado a Narváez, Cortés decide salir de la ciudad a enfrentar a su enemigo. Dejando a Pedro de Alvarado al frente de las tropas que se quedaban en la ciudad. Llama la atención que en la Segunda Carta de Relación no hace mención alguna sobre quién se queda al mando de las tropas en Tenochtitlán.

"Me llegó un mensajero de los que estaban en la villa de la Veracruz, por el cual me hacían saber que toda la gente de los naturales de la tierra estaban levantados y hechos con el dicho Narváez, en especial los de la ciudad de Cempoal y su partido; y que ninguno dellos quería venir a servir a la dicha villa, así en la fortaleza como en las otras cosas en que solían servir; porque decían que Narváez les había dicho que yo era malo, y que me venía a prender a mí y a todos los de mi compañía, y llevarnos presos y dejar la tierra ...E como yo ví el gran daño que se comenzaba a revolver, y cómo la tierra se levantaba a causa del dicho Narváez, parecióme que con ir yo donde él estaba se apaciguaría mucho, porque viéndome los indios presente, no se osarían a levantar" (Hernán Cortés. Segunda Carta de Relación. 30 de octubre de 1520).

Sale Cortés de la Ciudad de México con setenta soldados mas los tlaxcaltecas, posteriormente recibe un refuerzo de 120 hombres al frente de Velázquez de León en Cholula. Y mas tarde, se le une Gonzalo de Sandoval con 60 soldados más en Veracruz. Al pasar revista de las tropas, vió que contaba con doscientos sesenta soldados, para enfrentar a los ochocientos de Narváez. Sin embargo, Cortés se las había arreglado para sobornar a muchos artilleros de Narváez para no abrir fuego contra ellos, ganando así una ventaja considerable.

Cortés siguió avanzando a Cempoala, hasta quedar a pocas leguas de la ciudad en donde acampó, planeó el ataque y dió las respectivas órdenes para el asalto a sus distintos capitanes. Esa misma noche salían a capturar a Narváez.

Mientras esto sucedía, Narváez, informado de la cercana presencia de Cortés, salió a esperarlo bajo una lluvia intensa, pero como este no apareciera, regresó malhumorado a Cempoala, no sin antes dejar a dos centinelas cerca del río. Se situó en el templo mas alto junto con varios arcabuceros y ballesteros, distribuyó sus fuerzas como mejor pudo y se retiró a descansar.

Cuando los soldados de Cortés cruzaron el río, fueron vistos por los centinelas de Narváez, quienes inmediatamente salieron a dar parte a Narváez. Capturaron a uno de ellos, pero el otro logró escapar, por lo que Cortés decidió acelerar el paso y atacar la ciudad de inmediato. Al enterarse por el centinela que escapó de Cortés, Narváez inmediatamente mandó sonar las trompetas de alarma y se dispuso a la defensa de la ciudad. Narváez luchó con gran bravía, pero recibió muchas heridas, una de las cuales le hizo perder un ojo, y finalmente fue capturado por el soldado Farfán.

La batalla había terminado, los hombres de Narváez depusieron las armas y juraron fidelidad a Cortés. Narváez es enviado preso a Veracruz, donde permanecerá por dos años. Años después Narváez diría que fue víctima de sus propias tropas, pues casi no opusieron resistencia a las fuerzas de Cortés, pues habían sido sobornados por éste, por lo que pelearon con el mayor desgano.

Xavier López Medellín



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