"No debemos olvidar en ningún momento –cualesquiera sean las diferencias de apreciación– que las opciones que nos ofrece la vida política argentina son limitadas. No se trata de optar entre el general Perón y el arcángel San Miguel. Se trata de optar entre el general Perón y Federico Pinedo. Todo lo que socava a Perón, fortalece a Pinedo, en cuanto él simboliza un régimen político y económico de oprobio y un modo de pensar ajeno y opuesto al pensamiento del país”. Raul Scalabrini Ortiz

martes, 1 de abril de 2008

ERAMOS TAN PROGRES...

"Hay que tener políticas que establezcan un cambio de referencia, que sea revisado periódicamente, y usar mecanismos como las retenciones, un poder regulador y fiscal grueso sobre los exportadores y, hasta en algunos casos, cierto control de cambio en las operaciones." Decía Carrió cuando su asesor económico y Ministro de Economía proyectado era Rubén Lo Vuolo.


Adivina, adivinador ¿Quién decía esto en su plataforma en 2003 para la elección? "Necesitamos un sistema de cambios de flotación con intervención del Banco Central y sobre todo con acciones con otras políticas del tipo de retenciones móviles, incluso en algunos casos subsidios móviles que esté adecuando el tipo de cambio a los vaivenes de los precios internacionales y la situación económica internacional". No se ponga a pensar porque no le va a pegar… ¡Elisa Carrio!

Lo decía cuando era gorda, "populista" y andaba con un crucifijo del tamaño de su coherencia. Hablaba con el mismo convencimiento que lo hace ahora y desde el altar de la pureza moral desde donde hoy continúa mirando a los malos de la política

En aquel momento, 2003, cuando el país estaba en llamas, la dirigente, que dijo y se desdijo cientos de veces con impunidad intelectual propia de quien sirve a la polémica mediática, planteaba el "Contrato Moral". Una figura inmoral de marketing apoyada en la ignorancia generalizada, ante lo que en verdad la ponía, programáticamente, de cara a las elecciones y en la misma vereda político – ideológica, que Kirchner.

Esto se podría emparentar con lo que dijo Cristina, "cuando las vacas están flacas las penitas son de todos, y cuando están gordas no las comparto" Carrió propugnaba una política coincidente con lo hecho, en la realidad, por el gobierno de Kirchner. Con diferencias estéticas planteadas durante cuatro años, pegando en De Vido, en Fernandez,etc., pero jamás diciendo nada del camino estratégico planteado. Cinco años de crecimiento continuado ¿Quién podría cuestionar lo sustancial de esa política?

Pero no se puede dudar el papel de Carrió en la política nacional. Jamás cargó la verdadera cruz de una gestión, a pesar de protagonizar "excelentes" elecciones. Carrió perdió para hacer ganar y en esa interpretación de la ingeniería electoral, de quien pierde en 2 elecciones presidenciales y en 3 elecciones en Capital Federal, está la génesis de la funcionalidad de una construcción unipersonal que la chaqueña eligió.

Se autoexilió en Buenos Aires, por más que su origen haya sido como diputada chaqueña ingresada a la política por la puerta de la Alianza delaruista. Fue funcional a Menem 2003, dividiendo el voto antimenem a Kirchner. Funcional a Macri en las elecciones porteñas legislativas, dividiendo el voto progresista a Bielsa. Funcional a Macri, nuevamente, dándole cobijo y un candidato a Vice Jefe de Gobierno (Olivera), a Telerman, dividiendo el voto progresista a Filmus.

En nuestra provincia dio aire a la continuidad justicialista cuando dijo "no me molestaría que gane Obeid" y rompió el Frente con Binner. Cuatro años después cambió de opinión y apoyó al actual gobernador, poniendo al Socialismo como segunda fuerza en la Coalición en el nombre de Giustiniani. Carrió, aquella diputada del interior que salió a la luz gracias a la ayuda de un Senado de los Estados Unidos, que la eligió como vocero de información secreta acerca del lavado de dinero en la Argentina, hoy se erige como una referente ya no de la oposición a una política sino como un caudillo de la ruptura.

Influye en el rumbo de la política pero no toma riesgos de conducción. Algunos pensarán que es un contrapeso necesario, otros diremos que la postura pseudomoralista, que nunca toma partido, es un peligroso ejercicio del "no sé pero me opongo" que eclipsa la capacidad transformadora del pensamiento crítico y lo deja en un lugar dogmático cargado de apariencias y poses mientras la realidad, y la vida, pasan por otro lado.

Carrió es paradigmática en cuanto al discurso hipócrita de una clase media, muy solidario y patriota cuando le tocan el bolsillo o le ofrecen posicionamiento social, y tan frío y egocéntrico como para tratar de "negro de mierda" a un albañil que le hizo el reboque fino a desgano.

Clase media que caretéa coleccionando tarjetas de crédito aunque esas mismas entidades financieras les robaron sus ahorros en 2001. Carrió es referente de ese vicio de clase pero, a la vez, reproduce, opera y alimenta la frivolidad en su máxima expresión cotidiana. La chaqueña es su propia empresa, y su cuerpo es la imagen de su posición. Un día apareció bronceada, revoleó el crucifijo, se sometió a una dieta violenta, dejó de fumar en público y ya no citó "la voluntad" de Dios cada cinco palabras.

Mañana puede volver a la obesidad, la piel trigueña y a comer hostias compulsivamente, pero lo que no va a hacer, porque no es su rol, es exponerse a los avatares de la realidad que lo descoloca a uno frente al espejo.No es intención de quien suscribe, hacer un juicio de valor sobre Carrió pero sirve, como elemento de análisis social.

La fundadora del ARI, es una caricatura útil para entender la composición social de la crítica política que hoy "apoya al campo" pero "no se banca las hormigas". No es cierto que las cacerolas las golpean sólo las señoras de Recoleta y Barrio Norte. La simpatía con los piquetes rurales, es enorme y mucho tiene que ver con que Cristina ignora que la lucha de clases si existe, aunque no es por una lectura marxista de la realidad.

En los 90 el liberalismo ganó la batalla cultural y fundó la virtual "clase política". Esa "generación X" que nació del "y nada…", hoy bordea los 40 e inicia los 30 y se levanta en cacerolas contra "los políticos choros". Ese levantamiento tiene una duración tan fugaz como el tiempo que tarda un televidente en hacer zapping ante la falta de interés en algo cierto.

Carrio representa eso, una posición zapping de la política. Hoy digo "nunca más me presento a cargo alguno" y mañana propongo una "fórmula presidencial con Binner para 2011". Ayer exigí al gobierno aplicar las retenciones móviles y hoy me opongo a eso mismo porque es "populista". Ayer Binner no era una opción al PJ, hoy Binner es "la nueva política". Total, la base cultural sobre la que se muestra Carrio, hace zapping y adhiere a un cambio virtual de opciones que, en realidad, son la expresión diferenciada de una situación que se mantiene y reproduce para que nada cambie en verdad.

0 se arrimaron al fogón:

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