Esa vieja costumbre de hacerse los pelotudos.
El Club Católico acaba de anunciar nuevamente su indignación por el crecimiento de la pobreza. Los gerentes de la entidad, portadores de altísimos índices de triglicéridos y prejuicios, han creído justo y necesario hacernos notar su reacción frente a lo que consideran un "recrudecimiento de la pobreza". En la declaración señalan además que los ingresos del sector se han visto disminuídos en relación al año anterior, lapso en el cual el personal eclesiástico realizó un notable despliegue por las rutas del país para apoyar, bendecir y celebrar misas patrias junto a la gente del campo. "La 125 nos vino al pelo", se escuchó decir a una fuente con llegada a los dormitorios episcopales.
Los altísimos y gordísimos prelados hicieron saber la angustia y la tristeza que los invade después de la muerte de Alfonsín, a quien consideraban un "digno hijo de la iglesia, el padre de la democracia y el abuelo de las mañas a las que somos tan afectos", en tanto - desde su lugar de "retiro", Cristian Von Wernich adhirió a la preocupación de la directiva al ratificar la denuncia de que se le están reteniendo sus sagrados ingresos otorgados por el pueblo.
1 se arrimaron al fogón:
No tiene cara la iglesia. Menos cara tienen los que no pueden darse cuewnta lo que esta institución es. Una lacra.
Los curas tercermundistas se deben estar enroscando als tripas al ver lo que hacen estos de la iglesia que dicen ser los comunicadores de Dío.
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