GUSTOS LITERARIOS.

Entre las cosas que me gusta leer hay dos categorías que son inexcusables, lo lamento. Me gustan las necrológicas de La Nación (!, incluso en una época recortaba algunas y las guardaba en una latita) y también los textos de las notas de renuncia. Ya sé que no son los géneros literarios más concurridos, pero hay que reconocer que en esas situaciones extremas de la vida humana, las letras reflejan lo que está en el alma del que escribe y eso no es tan frecuente en los universos literarios. Claro, siempre hay excepciones, la mayoría de las necrológicas no valen la pena, la mayor parte de ellas son de compromiso, vidas cerradas con la misma formalidad con que transcurrieron y de las que, en todo caso, ese recuadrito y una lápida en un cementerio parque serán los únicos testigos.

El género renuncias también tiene lo suyo, sin alcanzar el grado de dramaticidad de la nota fúnebre. Pero vos te imaginás o inventás la historia detrás de esas líneas declinantes, las noches de insomnio, las peleas, los reproches, las amarguras, las presiones, los aprietes, las miradas al espejo, las ojeras en el espejo y las ganas irse a la mierda y el miedo a volarse la cabeza. Bueno, todo eso te imaginás vos (no, vos no, eso me imagino yo - que soy un enfermito que lee esas cosas). En algunos casos, como el que sigue no tenés nada para imaginarte, absolutamente nada, mirá..



Pero por éstos días, en las columnas chicas de las noticias entrerrianas se trató el caso de la renuncia presentada por el presidente de la filial basabilvaso de Federación Agraria, un tal Hein. Según los medios, el texto de la renuncia invoca:
- situaciones muy complicadas
- pérdida del empuje
aduce haber sido acompañado por personas bien intencionadas, denuncia que ese desánimo se reproduce en otras localidades de la provincia; comenta que lucharon para "no ser maltratados", expresa sentir que "los han dejado solos" y que son sometidos a un castigo "que no merecen". Finalmente el renunciado expresa su preocupación "por la realidad del sector, el endeudamiento de los productores y la falta de voluntad de cambio por parte del gobierno".

Lo que se dice, un bajón, un drama gauchiépico casi. Pero viste como son las cosas, a vos se te ocurre hacer un libro sobre la letra i y te olvidás del puntito, entonces viene otro y te ayuda. Y en el caso de Hein, vino Aldredo Bel y se lo puso, escuchá “(la renuncia de Hein) no tiene ninguna connotación, sino que debió renunciar porque se ha ido a trabajar al Uruguay”. Dónde, se sabe, no hay retenciones, gobiernos populistas ni blogueros como ustedes y además, se recontrasabe, hay un excelente clima para las inversiones internacionales.