"No debemos olvidar en ningún momento –cualesquiera sean las diferencias de apreciación– que las opciones que nos ofrece la vida política argentina son limitadas. No se trata de optar entre el general Perón y el arcángel San Miguel. Se trata de optar entre el general Perón y Federico Pinedo. Todo lo que socava a Perón, fortalece a Pinedo, en cuanto él simboliza un régimen político y económico de oprobio y un modo de pensar ajeno y opuesto al pensamiento del país”. Raul Scalabrini Ortiz

martes, 29 de julio de 2008

ANOCHE TUVE UN ACCIDENTE

Anoche volvía de Santa Fe y tuve un accidente. Bueno, nada grave, pero la radiecita trucha que tengo se quedó casi sin pilas y el dial (las radios digitales truchas tienen dial?) quedó clavado en la repetidora local de Cadena 3, auténtica heredera de "La Voz de la Libertad", que supo tener Córdoba en septiembre del 55.

Ahora se disfrazan de democráticos a veces, pero en general no necesitan hacerlo, la frecuencia "entona" con mucha, muchísima gente, no sé porqué les gusta mucho a los taxistas, a los camioneros y obbbbviamente a la gente del "kempo" (pronunciar con la boca un poquito a la derecha y un sombrero tejano en la sabiola. Botas tejanas no, a los sojeros no les gustan los putos... dicen).

Bueno, tuve un accidente a resultas del cual (sintaxis cobani) tuve que bancarme al bueno de Ignacio García Hamilton sosteniendo que Roca no había matado más que a 1.600 indios, pero que de última Juana Azurduy fué peor porque los indios del norte simpatizaban con los españoles y no con los revolucionarios, así que tampoco dá para ponerla en los billetes de $ 100. Además Igna dijo que la Campaña at Desert se pagó con la venta de la tierras "ganadas". Sólo le faltó contar la parte en que Roca soñaba con algo muy parecido a una alverjita amarillita, chiquitita, chiquitita...

Las declaraciones por acá.

Por las dudas dejo otra versión, no vaya a ser que...

La "guerra sucia" contra el indio

La llamada "Conquista del Desierto" no sólo produjo una matanza de la población originaria.

Por Felipe Pigna

Los sobrevivientes de la llamada "Conquista del Desierto" fueron "civilizadamente" trasladados, caminando encadenados 1.400 kilómetros, desde los confines cordilleranos hacia los puertos atlánticos. A mitad de camino se montó un enorme campo de concentración en las cercanías de Valcheta (Río Negro).

El colono galés John Daniel Evans recordaba así aquel siniestro lugar: "En esa reducción creo que se encontraba la mayoría de los indios de la Patagonia. (...) Estaban cercados por alambre tejido de gran altura; en ese patio los indios deambulaban, trataban de reconocernos, ellos sabían que éramos galeses del Valle del Chubut. Algunos aferrados del alambre con sus grandes manos huesudas y resecas por el viento, intentaban hacerse entender hablando un poco de castellano y un poco de galés: poco bara chiñor, poco bara chiñor (un poco de pan señor)".

La historia oral, la que sobrevive a todas las inquisiciones, incluyendo a la autodenominada "historia oficial", recuerda en su lenguaje: "La forma que lo arriaban... uno si se cansaba por ahí, de a pie todo, se cansaba lo sacaban el sable lo cortaban en lo garrone. La gente que se cansaba y...iba de a pie. Ahí quedaba nomá, vivo, desgarronado, cortado. Y eso claro... muy triste, muy largo tamién... Hay que tener corazón porque... casi prefiero no contarlo porque é muy triste. Muy triste esto dotor, Yo me recuerdo bien por lo que contaba mi pobre viejo paz descanse. Mi papa; en la forma que ellos trataban. Dice que un primo d'él cansó, no pudo caminar más, y entonces agarraron lo estiraron las dos pierna y uno lo capó igual que un animal. Y todo eso... a mi me... casi no tengo coraje de contarla. Es historia es una cosa muy vieja, nadie la va a contar tampoco, no? ...único yo que voy quedando... conocé... Dios grande será... porque yo escuché hablar mi pagre, comersar... porque mi pagre anduvo mucho...".

De allí partían los sobrevivientes en una larga y penosa travesía, cargada de horror para personas que desconocían el mar, el barco y los mareos, hacia el puerto de Buenos Aires. Los niños se aferraban a sus madres, que no tenían explicaciones para darles ante tanta barbarie.

Un grupo selecto de hombres, mujeres y niños prisioneros fue obligado a desfilar encadenado por las calles de Buenos Aires rumbo al puerto. Para evitar el escarnio, un grupo de militantes anarquistas irrumpió en el desfile al grito de "dignos", "los bárbaros son los que les pusieron cadenas", prorrumpieron en un emocionado aplauso a los prisioneros que logró opacar el clima festivo y "patriótico" que se le quería imponer a aquel siniestro y vergonzoso "desfile de la victoria".

Desde el puerto los vencidos fueron trasladados al campo de concentración montado en la isla Martín García. Desde allí fueron embarcados nuevamente y "depositados" en el Hotel de Inmigrantes, donde la clase dirigente de la época se dispuso a repartirse el botín, según lo cuenta el diario El Nacional, que titulaba "Entrega de indios": "Los miércoles y los viernes se efectuará la entrega de indios y chinas a las familias de esta ciudad, por medio de la Sociedad de Beneficencia".

Se había tornado un paseo "francamente divertido" para las damas de la "alta sociedad", voluntaria y eternamente desocupadas, darse una vueltita los miércoles y los viernes por el Hotel a buscar niños para regalar y mucamas, cocineras y todo tipo de servidumbre para explotar.

En otro artículo, el mismo diario El Nacional describía así la barbarie de las "damas" de "beneficencia", encargadas de beneficiarse con el reparto de seres humanos como sirvientes, quitándoles sus hijos a las madres y destrozando familias: "La desesperación, el llanto no cesa. Se les quita a las madres sus hijos para en su presencia regalarlos, a pesar de los gritos, los alaridos y las súplicas que hincadas y con los brazos al cielo dirigen las mujeres indias. En aquel marco humano unos se tapan la cara, otros miran resignadamente al suelo, la madre aprieta contra su seno al hijo de sus entrañas, el padre se cruza por delante para defender a su familia".

Los promotores de la civilización, la tradición, la familia y la propiedad, habiendo despojado a estas gentes de su tradición y sus propiedades, ahora iban por sus familias. A los hombres se los mandaba al norte como mano de obra esclava para trabajar en los obrajes madereros o azucareros.

Dice el Padre Birot, cura de Martín García: "El indio siente muchísimo cuando lo separan de sus hijos, de su mujer; porque en la pampa todos los sentimientos de su corazón están concentrados en la vida de familia".

Se habían cumplido los objetivos militares, había llegado el momento de la repartija del patrimonio nacional. La ley de remate público del 3 de diciembre de 1882 otorgó 5.473.033 de hectáreas a los especuladores. Otra ley, la 1552 llamada con el irónico nombre de "derechos posesorios", adjudicó 820.305 hectáreas a 150 propietarios.

La ley de "premios militares" del 5 de setiembre de 1885, entregó a 541 oficiales superiores del Ejército Argentino 4.679.510 hectáreas en las actuales provincias de La Pampa, Río Negro, Neuquén, Chubut y Tierra del Fuego.

La cereza de la torta llegó en 1887: una ley especial del Congreso de la Nación premió al general Roca con otras 15.000 hectáreas.

Si hacemos números, tendremos este balance: La llamada "conquista del desierto" sirvió para que entre 1876 y 1903, es decir, en 27 años, el Estado regalase o vendiese por moneditas 41.787.023 hectáreas a 1.843 terratenientes vinculados estrechamente por lazos económicos y/o familiares a los diferentes gobiernos que se sucedieron en aquel período. Entre ellos se destacaban 24 familias "patricias" que recibieron parcelas que oscilaban entre las 200.000 hectáreas de los Curo a las 2.500.000 obtenidas por los Martínez de Hoz. 750).

Desde luego, los que pusieron el cuerpo, los soldados, no obtuvieron nada en el reparto. Como se lamentaba uno de ellos, "¡Pobres y buenos milicos! Habían conquistado veinte mil leguas de territorio, y más tarde, cuando esa inmensa riqueza hubo pasado a manos del especulador que la adquirió sin mayor esfuerzo ni trabajo, muchos de ellos no hallaron —siquiera en el estercolero del hospital— rincón mezquino en que exhalar el último aliento de una vida de heroísmo, de abnegación y de verdadero patriotismo".

Los verdaderos dueños de aquellas tierras, de las que fueron salvajemente despojados, recibieron a modo de limosna lo siguiente: Namuncurá y su gente, 6 leguas de tierra. Los caciques Pichihuinca y Trapailaf, 6 leguas. Sayhueque, 12 leguas. En total, 24 leguas de tierra en zonas estériles y aisladas. Ya nada sería como antes en los territorios "conquistados"; no había que dejar rastros de la presencia de los "salvajes".

Como recuerda Osvaldo Bayer, "Los nombres poéticos que los habitantes originarios pusieron a montañas, lagos y valles fueron cambiados por nombres de generales y de burócratas del gobierno de Buenos Aires. Uno de los lagos más hermosos de la Patagonia que llevaba el nombre en tehuelche de ''el ojo de Dios'' fue reemplazado por el Gutiérrez, un burócrata del Ministerio del Interior que pagaba los sueldos a los militares. Y en Tierra del Fuego, el lago llamado ''Descanso del horizonte'', pasó a llamarse ''Monseñor Fagnano'', en honor del cura que acompañó a las tropas con la cruz".

4 se arrimaron al fogón:

Goliardo 29 de julio de 2008, 9:28  

Este tipo es lo peor de la argentina.

Sembrar conciencia 29 de julio de 2008, 22:20  

Que tremendo, la historia que relata Pigna rescatando testimonios de otras personas, una desalmada batalla y una indignante repartija de tierras. Desde tiempos inmemorables la tierra es disputada a costa de estas consecuencias. Algunos podrán alegar que los indios eran salvajes, yo diría que el salvajismo es inherente al hombre y el más peligroso es aquel que se rige por algún sentimiento de superioridad sobre otros y por lo tanto de exterminio a lo que se presenta cómo débil y despreciable. Muy interesante lo que planteas. Yo soy alérgica a la soja RR y eso que nadie me fumiga la casa con un avión mosquito. Soy alérgica aunque no la coma, por los daños que le causa a mis hermanos.

Espero tu visita para aportar más al debate.
Ahh y yo tuve una experiencia poco agradable con cadena tres, con el señor Luis Beresovsky, realmente a ese hombre la ideología le salta por los poros y lo único que hace es sumar al malestar y la confusión de la audiencia, ninguneando a las personas (aunque sean personas que le escriben con respeto). Una sola vez una conductora leyó un mail mío, en donde explicaba yo las contras de la siembra directa de soja transgénica. Mucho más no se puede pedir de una emisora que le hace la propaganda a la multinacional Monsanto, no?

saludos!

Anónimo,  30 de julio de 2008, 13:39  

Hola!, como va?, muy bueno este Blog, esta barbaro, voy a seguir pasando,cuando quieras pasa por el mio, saludos!! que andes barbaro

Luis

Anónimo,  15 de agosto de 2008, 2:41  

que lastima que no te matasteª aguante la patria sojera. revanchista

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