VOS TE PUSISTE A PENSAR EN TU FUTURO?

El flaco había sido compañero tuyo desde primer a tercer grado de la Escuela Rivadavia, en esos años en que la escuela todavía es parte del juego. Después se fue de la ciudad porque lo habían trasladado al viejo y apenas te quedó una foto en blanco y negro, con el planisferio de fondo y la cara de culo que siempre pusiste en las fotos.

Por eso te sorprendió cuando te llamó diciéndote que te había rastreado por tu tío Federico. Habrá sido mediados del 95, vos estabas trabajando con la empresa de tu viejo, como contratistas de Telecom. Buenos tiempos, mucho trabajo, todo el equipamiento era importado, los obreros también, pero de Bolivia.

Te salvó la memoria y no hiciste papelón cuando te dijo quién era. Quería hablar, saludarte, compartir recuerdos, habían cambiado tantas cosas... Se encontraron en el shopping un sábado a la tarde, llovía. Vos llegaste primero y lo esperaste leyendo Página. El no se demoró y vino con Ambito bajo el brazo. Vos le diste la mano con una sonrisa cordial. El te abrazó efusívamente y la humedad suspendida en la tela de su impermeable italiano te mojó. Se disculpó, se sacó el impermeable y al ponerlo sobre el respaldo de una silla volcó el cortado que habías pedido. Se volvió a disculpar y vos te acordaste que alguna vez te había roto un compás.

Vos no esperabas nada del encuentro y hubieses preferido estar en el cine porque te diste cuenta que todo iba ser al pedo. Por suerte había un televisor cerca y podías distraerte mirando a Mauro Viale mientras el flaco te contaba la historia de su vida, que era como una especie de guía turística hecha por el ejército. "Es que mi viejo era pesado, viste?, era de inteligencia, andaba chupando montos, toda esa basura. El decía que era oficial de intendencia, pero yo sé en qué andaba".

No dijo mucho más que eso y se pidió otro capuchino con crema. Vos trataste de corresponder amablemente, pero evitaste hablar de tus viejos, de esa noche, del golpazo a la puerta, de los tiros, de los gritos y de tu mamá diciendo "dejen a los chicos con mis viejos".

Llovía y llovía y vos maldecías la putísima suerte de encontrarte con éste garca que a eso de las cinco de la tarde te dijo: - "Ché, soy representante de una AFJP, vos te pusiste a pensar en tu futuro?.