"No debemos olvidar en ningún momento –cualesquiera sean las diferencias de apreciación– que las opciones que nos ofrece la vida política argentina son limitadas. No se trata de optar entre el general Perón y el arcángel San Miguel. Se trata de optar entre el general Perón y Federico Pinedo. Todo lo que socava a Perón, fortalece a Pinedo, en cuanto él simboliza un régimen político y económico de oprobio y un modo de pensar ajeno y opuesto al pensamiento del país”. Raul Scalabrini Ortiz

sábado, 28 de marzo de 2009

FÚTBOL ARGENTINO.



Parece que ésta noche jugó la selección, bah, estoy seguro que ésta noche jugó la selección. Yo me senté a mirar y cuándo escuché a los desaforados de siempre silbando el himno de Venezuela le hice caso a mi hija y le devolví el televisor para que siga mirando sus dibujitos.

Poco tiempo atrás, cuando Cristina visitó Venezuela (y Cuba), Chávez hizo que su guardia presidencial aprendiera el himno argentino y lo interpretara con un énfasis que salvó largamente las particularidades de la entonación. No creo que en la historia de los rígidos protocolos presidenciales haya muchos antecedentes similares y, aunque la mayoría de los medios lo tomaron como un "hecho curioso", creo que es un signo, una demostración de integración explícita.

Hace muchos años yo era un joven idealista y me tocó vivir más de dos años en Chile y, por esas cosas de la vida, me aprendí la letra del himno chileno, el de la "dulce patria", el que promete ser "la tumba de los libres o el refugio contra la opresión". Lo aprendí de punta a punta y lo canté (y lo canto a veces) con verdadera emoción, y también - con la ayuda de mis amigos - me aprendí el himno de Uruguay, el de Paraguay y el de Brasil, y otros que olvidé. Y desde esa experiencia valoro el gesto de Chávez, más allá de la significación escénica a la que son afectos los uniformados. Yo lo sentí como un gesto fraternal y espero sinceramente que sea retribuído en la próxima visita del comandante, por eso me hinchó tanto las bolas lo de ésta noche. Ver esas tribunas (justo ESAS tribunas mundialistas) llenas de tremendos boludos silbando la canción del hermano es demasiado para mí, disculpen los futboleros.

Estoy harto de ese circo, de la combinación de intereses, transas, trampas, negocios, vanidades, traiciones y arreglos que sustentan el fútbol profesional, recontra profesional. Para mi no saquen entrada, dejenmé esperando que vuelvan los "Evita" y que un día podamos entrar todos en la canchita y meter un golazo.

Al final parece que ganaron, bah, al final ganaron 4 a 0. Pero a mi - que querés que te diga, no me cerraron los números.


0 se arrimaron al fogón:

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