SUPONETE... (un ejemplo guarro).
Nota preliminar a modo de advertencia: un compañero ha realizado un reemplazo de bienes para el siguiente ejemplo, obteniendo un simpático modelo demostrativo de la presente situación. Es posible que algunas personas con espíritu sensible puedan verse afectadas por el ejemplo, en tal caso recomiendo dos alternativas:1. abstenerse de la lectura del presente documento.2. usando la herramienta "reemplazar" cambiar el término consoladores por el de su preferencia.Saludos cordiales.
EJEMPLO:
Un día como hoy pero de 1980 suponéte que yo heredé una fabrica de consoladores. Durante 20 años la pude mantener de pedo. Hacía consoladores para la argentina, porque mis costos para fabricarlos eran muy altos y mi fabrica no era competitiva para exportarlos. Los consoladores taiwaneses y los de India eran mucho más baratos. En fin, suponéte que mi problema era que por cada peso que yo ponía, mi fabrica podía producir solamente 5 ctvs. más. Esto en las mejores épocas, en otras suponéte que directamente perdía plata. Ahora, los taiwaneses, por cada peso invertido ganaban 40 ctvs., con lo cual, ellos podían bajar el precio de venta de sus consoladores para competir con los míos, y es así que ellos vendían mas consoladores que yo.
Para fines de los 90 mi fábrica estaba fundida y yo debía mucha plata al banco.
Ahora, suponéte que un día el gobierno decide devaluar la moneda. En el gobierno piensan que si se devalúa la moneda se favorece a la producción, porque se achican los costos nacionales en relación al precio internacional. A mí me re conviene porque puedo empezar a ganar más plata por cada peso invertido, y así puedo competir con los consoladores taiwaneses. Para devaluar la moneda, la sociedad entera tiene que pagar el costo: ahora, los sueldos de toda la gente valen menos que antes, aunque en números sea lo mismo, pueden comprar muchas menos cosas. Igualmente la sociedad decide hacer ese esfuerzo porque sirve para reactivar la producción y generar trabajo para todos.
El gobierno, en su decisión de favorecer a la producción, me refinancia mi deuda con el banco, me da una tasa de interés muy barata, y yo puedo quedarme con mi fábrica. Además, para mantener el precio de moneda devaluada, sale a comprar dólares todo el tiempo, miles de millones de dólares para que los consoladores argentinos sean competitivos. Encima, como yo para hacer consoladores necesito goma, y la goma es un derivado del petróleo, y como el petróleo tiene precio internacional y está en dólares y cada vez más caro, el gobierno me rebaja el costo de la goma, subsidiándola. Tanto la plata para pagar mi deuda con el banco, como la plata para mantener alto el dólar, y la plata para financiarme la goma, sale de las arcas nacionales, es así que entonces, todos los argentinos ayudan a pagar mis deudas y a financiarme los costos de mi producción.
En fin, ahora yo tengo mi fábrica con una rentabilidad de 35 por ciento por cada peso que invierto. Encima, se reactivaron todas las fábricas del país y creció el trabajo y los salarios. Ya van 5 años seguidos en que la situación mejora cada día. Mi actividad esta tan subvencionada que prácticamente no tengo riesgo empresario, es decir, tengo que hacer fuerza para que me vaya mal.
¿Y entonces qué pasa? Pasa que de golpe en China hay una revolución sexual. Todas las chinas se revelan, se cansan de que los chinitos no se pongan las pilas en la catrera y salen como locas a comprar consoladores de goma. Miles de millones de chinas haciendo cola para comprar artefactos que satisfagan sus necesidades. En China, el gobierno declara la emergencia sexual y saca una Ley de Seguridad Consolante, y abre las fronteras, sin impuestos, para todos los consoladores del mundo que quieran entrar en la China. El precio internacional de los consoladores se dispara, un consolador sale dos, tres, hasta cuatro veces lo que salía antes.
A mí me viene al pelo, y suponéte que por cada peso invertido puedo sacar hasta dos pesos con treinta centavos, una rentabilidad del 130 por ciento. De golpe, hacer consoladores no solo es una actividad que me permite vivir bien, ahora me permite hacerme millonario. Y eso que soy un "pequeño productor de consoladores", que no es lo mismo que ser un productor de pequeños consoladores, y así y todo estoy ganando, suponéte, 40.000 pesos por mes. Chocho.
¿Pero qué pasa? Como hacer consoladores es tan rentable, muchos de los que hacen fideos, remeras, lapiceras, latas de comida, remedios o galletitas se vuelcan masivamente a la industria del consolador, porque todos quieren hacer mucha plata, obviamente. Como consecuencia, en Argentina pasan tres cosas:
Todos los consoladores se venden al exterior, dejando a los consumidores de consoladores argentinos sin el producto, o al mismo precio que se paga afuera muchísimo más caro. Como nuestros sueldos están devaluados, y están devaluados para que se puedan fabricar un montón de cosas, esta consecuencia es absolutamente injusta, ya que hacemos el sacrificio para que se puedan fabricar consoladores pero nos quedamos sin la capacidad adquisitiva para poder comprarlos.
Como consecuencia de que muchas fabricas se cambian al rubro de los consoladores de goma, se dejan de fabricar muchas cosas, y al haber menos cantidad de esas cosas, aumentan de precio, con lo cual nuestros sueldos devaluados pierden poder adquisitivo con respecto a todos los productos.
Además, como es tan rentable hacer consoladores, mi fábrica aumenta de precio. Antes valía 100.000 pesos, ahora vale 500.000 pesos. Entonces yo ahora ya ni siquiera trabajo, directamente me conviene alquilar mi fábrica y rascarme el higo todo el día. Vienen pooles consoladoriles, fondos de inversión, y empiezan a alquilar fábricas en todo el país, y las dedican a la producción de consoladores.
El gobierno, entonces, tiene que hacer algo. Porque la gente lo votó por haber reactivado la economía pero siempre y cuando los sueldos alcancen para vivir, lo cual es lógico. La gente aceptó pagar el costo y la deuda de los sectores productivos, pero a cambio de poder trabajar y comer, como mínimo, y por ahí, en el mejor de los casos, progresar.
Y lo que hace el gobierno es ponerme retenciones móviles a la exportación de consoladores, con lo cual, ahora mi rentabilidad vuelve a ser del 30 por ciento. Cuando aumenta mucho el precio del consolador, aumentan las retenciones, cuando baja el precio del consolador, baja la retención. Yo siempre gano lo mismo, o sea, bien, un 30 por ciento anual, que es seis veces más que lo que gana una fábrica de consoladores en cualquier lugar del mundo.
Suponéte que entonces yo soy un tipo muy irracional y egoísta. Suponéte que además no tengo memoria, no me acuerdo de lo mal que me iba antes, y me olvido además de los esfuerzos que hizo toda la sociedad para que me vaya bien. De golpe me junto con todos los productores de consoladores y me pongo a armar un gran quilombo. Corto las rutas y no permito el paso de ningún otro producto. Genero desabastecimiento, suben los precios, la gente pierde aún más poder adquisitivo, etc…
Para justificarme, me dedico junto a mis compañeros fabricantes de consoladores a diseñar un discurso que me exculpe de mis acciones: "Consoladores= Patria", "Yo estoy con los Consoladores", "Nosotros hicimos la Patria", "Cristina tirame la goma", "Los consoladores nos sacaron de la Crisis", "Dildo o Muerte", "", etc…
La oposición y los medios me apoyan, aunque lo hagan solamente porque están en contra del gobierno y se aprovechan de la situación para crecer. Suponéte que a mí no me importa y me aprovecho también de ese apoyo.
El gobierno no me reprime, es sumamente racional al respecto del manejo del conflicto, entonces yo me aprovecho de esa situación y radicalizo mi protesta. Los medios y la clase alta, que siempre habían condenado los cortes y el uso de la fuerza en la protesta, ahora lo apoyan, con lo cual todo me sale cerradito.
Hasta acá la historia es igual a la del campo. Pero suponéte que en vez de pasar lo mismo que pasa con el campo, en el conflicto de los consoladores pase otra cosa. Suponéte que de golpe, el gobierno dice: "Bueno, tenés razón. Te voy a sacar las retenciones móviles." Yo me pongo re contento, hago un acto en Rosario y salto de alegría por haber ganado la batalla junto a todos mis amigos de la Sociedad Consoladora Argentina, el Pro, la Carrió que apoya a los consoladores a muerte, etc. Gané la batalla.
Al otro día, el gobierno dice: "Te saqué las retenciones, pero también se las saqué al petróleo, y además dejo de comprar dólares para mantener el tipo de cambio, y además, ¿sabés qué?, voy a dejar de financiarte tus deudas en el banco, y voy a liberar las paritarias para que los trabajadores exijan los sueldos que quieran, voy a dejar de hacer rutas para transportar consoladores y voy a mandar esa guita para hacer hoteles alojamiento populares, y además voy a lanzar un montón de medidas para fiscalizar a la producción de consoladores porque ese sector es el que más evade impuestos en nuestro país."
Entonces, aumenta la goma, a costos en dólares. Y el costo del trabajo aumenta a valores europeos. Y encima tengo más presión fiscal y se me va un 33 por ciento de la ganancia que antes no pagaba porque me hacia el dolobu. Para colmo, se revalúa la moneda porque ya el gobierno no sale a comprar dólares, con lo cual la diferencia que hacía antes en el mercado internacional se achica. Ahora no tengo retenciones, y aunque sigo ganando plata, gano inclusive menos que cuando tenía retenciones.
Un día se acaba la fiesta sexual en China. Las minitas vuelven todas al lecho masculino porque los chinitos se pusieron a estudiar tantra como locos, y ahora pueden mantener una erección durante 48 horas. El sexo adquiere la calidad de "actividad protegida por la República Popular de China". Por efecto de la transnacionalizació n de la cultura oriental, se abren escuelas de tantra en todo el mundo. Los consoladores pasan de moda. El pene, viejo y peludo, vuelve a ser el mejor amigo entre las chicas de todo el mundo. Los hombres readquieren su seguridad, pues se habían visto reemplazados por simples pedazos de goma. Al haber volcado sus esfuerzos en hacer la vida de sus compañeras más placenteras, abandonando el egoísmo sexual que los caracterizaba, la humanidad entera se encamina hacia una época más feliz.
Suponéte que en Argentina ahora nos tapan los consoladores. No nos sirven para nada. Encima perdimos la capacidad de producir cualquier otra cosa. No nos tecnificamos, no nos modernizamos, no diversificamos nuestra producción, en fin, se nos pasó el tren.
Ahora mi actividad no tiene ni renta extraordinaria ni el apoyo del estado. Suponéte que tengo miles de cajas llenas de penes de goma y que me los tengo que meter en el culo.
Suponéte.
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