Anoche llovió.
Es una siesta deslumbrante de domingo. Anoche llovió y el servicio meteorológico volvió a acertar. Es decir, al servicio meteorológico hay que saberlo interpretar, no?. Habían pronosticado que hoy sería un hermoso día de lluvia, y aquí estamos - lógicamente - tomando unos mates con alfajores cordobeses de fruta y retomando el blog de nuevo, en plena siesta deslumbrante, inundada de sol y casi fresca.
Cuánto tiempo sin escribir. Cuándo no es por una cosa es por otra, y está bien que uno es callado y corto de palabras (y además los 40 empiezan a pegar duro en la memoria, entre otras cosas), pero se acerca el verano y así cómo hay quienes emprenden la militancia del gimnasio, actividad tan respetable como riesgosa según mi particular valoración, he decidido retomar éste cuadernito de apuntes, sin más pretensión de dejar testimonio de lo que me parece estar viendo. Y sintiendo.
Tengan paciencia, amables lectores, que el teclado está un poco seco, y el tecladista también.
0 se arrimaron al fogón:
Publicar un comentario