BARTOLOMÉ MITRE, AÑAMEMBY.

"...¿cuánto tiempo, cuántos hombres, cuántas vidas y cuántos elementos y recursos precisaremos para terminar la guerra es decir para convertir en humo y polvo toda la población paraguaya, para matar hasta el feto del vientre de la mujer...? (*)

León Pomer "La guerra del Paraguay. Política y negocios", CEAL, pp. 230-231.

Como varios compañeros llevo días dando vueltas con Lugo y sus historias de sacristía y alcoba, un poco apesadumbradamente debo confesar, acaso porque sigo siendo un chiquilín que cree en Papá Noel en el fondo de las cosas y en que los todos somos como aparecemos en la tele (los que aparecen, vamos) y ya sé, que debería saber que eso no es así, de primera mano además. Pero no, ya no aprendo. Igual yo no lo voy a juzgar, aunque haya perdido un poco ese brillo de los dìas de su asunción em Asunción, cuando la televisión pública no pudo transmitir los actos porque estaba dedicada a pasar la semifinal de lanzamiento de garompa directamente desde Beijing.

Pero ahí está el ex monseñor con sus insomnios custodiados por el regimiento escolta presidencial y espiados por las ventanas inescrupulosas y fragantes de los barrios de Asunción, gente viene, gente va. Hacete cargo chamigo, no sé, usted verá lo que hace presidente, eso si, quiéralos y cuídelos, Dios (sobre cuya existencia algunos compañeros guardan sus dudas) seguramente le perdonará sus pecados veniales y mortales, como haberse metido a cura y a obispo y esas cosas, pero le va a pedir cuentas con lo que haga con "los más chicos". Y a nosotros todos, claro, empezando por el que ésto escribe, último orejón del tarro. Pero basta de teologia por hoy, ya se sabe que éste blog está dedicado a asuntos estrictamente terrenales, más bien agropecuarios, no se vayan a confundir nuestros lectores y perdamos una porción del share entre los seguidores de San La Muerte o del Gauchito Gil.

Igual, antes de empezar la última semana de abril y antes que el primer caso de fiebre porcina llene las pantallas de TN, junto a la inseguridad, el consenso republicano, la convocatoria al diálogo, la campaña contra el dengue, las mentiras de campaña, la cara de verga del expresidentecobos, los terrores de adepa, las denuncias de la SIP y ese ramilletes de temitas con los que solemos solazarnos los miembros de éste exclusivo club, queria - digo - recordar a ustedes que si el padre de los chicos se llama Lugo, el abuelo se llama Bartolomé Mitre, tal vez el más grande hijo de puta de éstos pagos, empleaducho del imperio, arrastrado de la banca, vómito sobre el cual se erigen las "instituciones argentinas", responsable de haber arrasado un país donde "no hay niño que no sepa leer y escribir" (Hopkins, 1845).

Por todos esos chicos paraguayos de 1845, de 1870, los de la guerra con Bolivia, los que se criaron bajo la noche de stroessner, por los hijos de todos los curas y obispos paraguayos, y los cabos y los generales, por los chicos que se escapan para no tener que hacer la colimba o ir presos, por todos esos vengo a putearte Bartolomé Mitre, Añamemby.